lunes, 21 de noviembre de 2022

Mitos del cielo de otoño

3. Aries

Como la constelación de la Popa en invierno, Aries nos remite a la gesta simbólica de la conquista del Vellocino de Oro protagonizada por Jasón y los Argonautas. Escribe Eratóstenes:

Fue el carnero que transportó a Frixo y a Hele. Se trataba de un animal inmortal, regalado a los dos niños por su madre, Nefele. Según narran tanto Ferécides como Hesíodo, su lana era de oro. Cuando los llevaba por los aires, dejó caer a Hele sobre la zona más estrecha del mar, que recibió de ella el nombre de Helesponto [hoy en día conocido como los Dardanelos, el estrecho que comunica el mar Egeo con el mar de Mármara], al tiempo que se le cayó uno de sus cuernos. El dios Poseidón salvó a la joven y se unió a ella, con la que tuvo un hijo llamado Peón. El carnero, por su parte, transportó a salvo a Frixo hasta el Ponto Euxino, a casa de Eetes, a quien regaló el vellocino de oro como recuerdo. El carnero ascendió así al cielo, y por eso es una constelación de brillo tenue.

Higino recoge una tradición que relaciona al dios Líber (el Dioniso itálico) con Aries. Se dice que el dios llegó con su ejército a un lugar de África lleno de arena y sin agua. Mientras deliberaban como proseguir la campaña se les apareció un carnero errante que echó a correr huyendo en busca de refugio. Unos soldados lo persiguieron hasta perderlo de vista pero encontraron lo que aún deseaban más, un oasis con una gran cantidad de agua para poder saciarse y recuperar las fuerzas. Corrieron a decírselo a Líber y éste condujo a todo su ejército hasta aquel enclave, en el cual resolvió erigir un templo a Júpiter Amón (Zeus) con una estatua hecha de cuernos de carnero. Líber “representó al carnero al lado de todas las demás constelaciones, de tal modo que, cuando el sol se detiene en este signo, todas las creaciones fortalece (hecho que ocurre en primavera), principalmente porque su huida fortaleció al ejército de Líber. Además, quiso que fuera el primero de los doce signos, porque se convirtió en el mejor guía de su ejército”.

Cornelius y Devereux explican que la figuración de Aries como un carnero se remonta a la astronomía mesopotámica del tercer milenio a.C., y que la constelación de Aries ha estado dedicada en distintos lugares a Atenea, a Zeus y al dios desconocido. El punto vernal estuvo situado en Aries durante los dos milenios anteriores a nuestra era.


Imagen:
Aries. Johann Leonhard Rost, Atlas Portatilis Coelestis. Nuremberg, 1780.

Colección Aleteo de Mercurio 7.
Mitos del Cielo Estrellado.
Marc García.
Ed. Libros del Innombrable, Zaragoza, 2020.



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