miércoles, 19 de junio de 2024

El Teatro en el Renacimiento. 2. El Teatro de la Memoria

Lo sobrenatural toma forma en el escenario, corazón del teatro, la caja escénica símbolo de la caja cósmica en la que cobra realidad la ilusión de la existencia que se desvanecerá como un sueño al finalizar la función. Un espacio otro en el que materializa la “memoria del mundo y del hombre, que se revela como una reminiscencia de la totalidad” (1). Aquí tienen lugar las hierofanías, es decir, la manifestación de lo sagrado y la posibilidad de lo que se conoce como catarsis: una comunión con aquellas Ideas-Fuerza puestas en juego “capaces de sacarnos de nivel y llevarnos a la comprensión de cosas que aún no se nos habían dado a conocer” (2). Un encantamiento que los intérpretes escenifican encantándose a sí mismos, tocados por la varita de Mercurio e inspirados por el soplo vivificante de las nueve hijas del Cielo: “Feliz aquél a quien aman las musas. Dulce fluye de su boca la palabra” (3).

Mnemosyne es la diosa griega de la memoria, hija de Urano y Gea, madre de las Musas engendradas con Zeus a lo largo de nueve noches, la cual era la que insuflaba la anamnesis en los seres humanos. Invocarla es llamar a la Inteligencia Universal para que se haga en nosotros. Lo fijo debe primar sobre lo aéreo para dejar así grabado en el papel, en la tablilla de barro, o el rollo, y el libro, las enseñanzas para llegar al Conocimiento acuñadas por el dios revelador; el que burila debe cuajar las ideas y dioses que le preceden y sobre todo ser muy amigo de Platón que escribió lo siguiente:

Disposición del alma capaz de conservar la verdad que hay en ella. (Definiciones) (4).


En virtud de lo cual surgen extraordinarios tratados y obras en general, entre las que se encuentran asombrosos procedimientos combinatorios de símbolos y analogías, que debidamente asimilados pueden abrir las puertas a otros estados de la conciencia. Ahí está para dar testimonio lo que deja escrito Abraham Abulafia, quien establece un método con las 22 letras del alfabeto hebreo, cada una de las cuales constituye una entidad simbólica, una Idea-Fuerza susceptible de combinarse con el resto, vehiculando la posibilidad de aprehender los principios del Orden Universal.

El Ars Combinatoria de Ramon Llull es otro modelo igualmente efectivo que alumbrará el pensamiento mágico al final de la Edad Media.

Él mismo explica que dicho Arte (...) era una emanación directa de los principios inmutables y universales, lo que tradujo en el empleo de unos soportes de intelección igualmente arquetípicos: los del número y la letra. Esto explica la enorme influencia que tendrá su legado en la mágica atmósfera del Renacimiento, y no tanto en su época agonizante, en la que su propuesta fue más bien incomprendida y rechazada, y él tachado de excéntrico, abstruso e incluso loco (5).

Lo mismo vale para La Divina Comedia, otro sistema de combinaciones de símbolos y analogías entre planos o niveles y sus mundos, en el que aparecen “las figuras de las virtudes y los vicios como imágenes de la memoria, formadas según las reglas clásicas, y las divisiones del Infierno de Dante como lugares de la memoria” (6). De modo semejante ocurre en el Purgatorio y por supuesto en el Paraíso, que recrea los nueve cielos siguiendo el modelo cosmogónico conocido: el de la Luna, Mercurio, Venus, Sol, Marte, Júpiter, Saturno, las estrellas fijas “y el primer móvil o cristalino. En el cielo empíreo está Dios iluminando la rosa de los bienaventurados y rodeado de nueve círculos de jerarquías angélicas que son, desde el círculo más alejado al más próximo a Dios: ángeles, arcángeles, principados, potestades, virtudes, dominaciones, tronos, querubines y serafines” (7).

(Continuará)

Notas:
1. Federico González Frías. Diccionario de Símbolos y Temas Misteriosos, entrada: “Anamnesis”. Ed. Libros del Innombrable, Zaragoza, 2013.
2. Entrada: “Catarsis”, ibid.
3. Himnos Homéricos. Ed. Cátedra, Madrid, 2005.
4. Federico González Frías. Diccionario de Símbolos y Temas Misteriosos, entrada: “Memoria”, ibid.
5. Federico González y Mireia Valls. Presencia Viva de la Cábala II. “Ramón Llull y Arnau de Vilanova”, Ed. Libros del Innombrable, Zaragoza, 2013.
6. Frances A. Yates. El Arte de la Memoria. Ed. Siruela, Madrid, 2005.
7. Obras completas de Dante Alighieri. “La Divina Comedia”. BAC, Madrid, 2015.

Imágen:
1. Hildegarda de Bingen. Liber divinorum operum, detalle.

Colección Aleteo de Mercurio 8.
Teatro Sagrado. El juego mágico de la memoria o el arte de percibir la teatralidad de la vida.
Carlos Alcolea.
Ed. Libros del Innombrable, Zaragoza, 2021.



martes, 4 de junio de 2024

El Teatro en el Renacimiento. 1. El Teatro de la Memoria

La memoria del Sí Mismo deja un rastro invisible en aquellos que han tenido la gracia de presentirla, lo que los incita, en el tiempo, a hallarla nuevamente. Recuperar dicha memoria es fundamental y debe hacerse todo para eso. Componente esencial de la vida del ser humano, sin la cual no pueden fijarse los conceptos más existenciales, pues sin ella somos incapaces de recordar, ni siquiera, el ritmo de nuestras actividades motoras, tan ensamblado está el todo en el ser humano; igualmente éste en el Universo, un conjunto análogo de características más amplias (1).


Se dice que Zeus concibió a las Musas en sagrada unión con Mnemosine, la Memoria, en nueve noches distintas, número circular que simboliza la totalidad. Teniendo en cuenta la creencia de que aquéllas revelan a los hombres las Artes y Ciencias, mediante las cuales afinar nuestra participación en el concierto universal, no es de extrañar que los antiguos considerasen a la memoria una entidad superlativa, reveladora de la auténtica y oculta naturaleza del plano de realidad que se percibe ordinariamente, un entramado de símbolos vivos y actuantes. Nada que ver con la acostumbrada “multiplicación horizontal de gestos indefinidos que se realizan en forma mecánica –casi sin que lo queramos– y que nada dice a nadie en razón de la autocensura que trae aparejada el entrenamiento que la sociedad contemporánea nos otorga” (2).

Afortunadamente es posible otra manera de encarar la creación y nuestro papel en ella, “una expresión directa de los principios, las fuerzas y las energías originales” (3) que toman cuerpo en formas impactantes y se imprimen con imborrable fijeza, tal cual lo representan las imágenes que pueblan las distintas cosmovisiones con sus númenes de aspecto sobrecogedor. Del Thot egipcio al Hermes griego, del Mercurio romano al Quetzalcoátl mesoamericano y al Wotan u Odín nórdico, todos son una sola y única entidad: el escriba divino –poeta y guerrero–, encargado de la correspondencia entre la divinidad y el hombre, para lo cual no se priva de realizar escaramuzas si con ello logra sus propósitos.

A decir verdad, existe una tropa impresionante de dioses y héroes míticos civilizadores, cuyas gestas son evocadas en el escenario de la conciencia donde actúan cabalmente disfrazados para la ocasión.

Cicerón afirma (De Oratore II, 88, 359), que es útil poner máscaras teatrales a los conceptos hasta transformarlos en imágenes activas en nuestra memoria (4).


Los dioses y diosas en sus reinos celestes e infernales, así como los de los mundos intermediarios, han de poder ser recordados y traídos al presente con viveza y precisión. De modo que estas entidades enigmáticas se presentarán siempre con sus respectivos atributos, en el argot teatral el atrezzo, que junto con el vestuario y demás aparato escénico que las acompaña, definen su categoría y su correspondiente función, es decir a qué reino pertenecen y qué papel encarnan en la gran obra de Dios que es la Cosmogonía.

(Continuará)

Notas:
1. Federico González Frías. Diccionario de Símbolos y Temas Misteriosos, entrada: “Memoria”. Ed. Libros del Innombrable, Zaragoza, 2013.
2. Federico González. El Simbolismo Precolombino. Cosmogonía, Teogonía, Cultura. Ed. Libros del Innombrable, Zaragoza, 2016.
3. Ibid.
4. Giulio Camilo. La Idea del Teatro. Ed. Siruela, Madrid, 2006.

Imágenes:
1. Antón Raphael Mengs. Parnaso. Apolo, Mnemosine y las Musas, 1761. Museo Hermitage.
2. Sarcófago con las Musas, detalle, 280-290 d.C. Museo Nazionale Romano Palazzo Mássimo.

Colección Aleteo de Mercurio 8.
Teatro Sagrado. El juego mágico de la memoria o el arte de percibir la teatralidad de la vida.
Carlos Alcolea.
Ed. Libros del Innombrable, Zaragoza, 2021.