De lo más interno y oculto de la caverna, del corazón del Ser o Agartha, se expande en espiral un encadenado de letras, el Fiat Lux despertador de las Potencias que atentos oídos escuchan y repiten y vuelven a recrear orquestando una sinfonía que ejecutan todos los integrantes de la Cadena Áurea. Ésta es nuestra minúscula contribución, sin pretensiones particulares sino como la expresión de la imperiosa necesidad de ser, de saborear la esencia de la Vida y de devolver lo aprehendido.
Nos sumamos a este Hilo de Oro, a las sagas de los antiquísimos Himnos Sumerios, seguidos por los que salmodiaron los Egipcios, los Órficos, los Homéricos, los del rey David, los de Proclo y los de innumerables cantores precolombinos como es el caso del gran rey tolteca Nezahualcoyótl, o entidades iniciáticas de distintas tradiciones que a lo largo del tiempo han entonado tantos himnos de agradecimiento y de vivificación de la Memoria y el Dios Desconocido. (...)
Inspirados por las palabras de nuestro guía, levantemos las copas y brindemos:
Los herederos de los bardos nos hemos declarado en huelga, se proclama la rebelión de los poetas, un tono gremial empapa esta página. La urgencia de actuar inmediatamente, con velocidad fugaz, en minúsculos toques de atención para que la humanidad despierte. La imperiosa necesidad de un metalenguaje que genere otros códigos, para que el poeta pueda cumplir tan noble como antiguo oficio. ¡Devuélvase al bardo el don de la profecía! ¡Que se sepa que somos un honorable personal jerarquizado y que nuestros antecedentes son sagrados! Venimos de la casta de Homero, de Virgilio, de Dante, de la de los trovadores de todos los pueblos. Señores, formemos una corporación parlante, una estructura audible. Una organización sonora que sea como un templo, como una caja de resonancia, para que la Inspiración pueda recibirse y la Música y la Poesía se expandan por el Mundo entero (1).
Desde el Agartha, invisible como el centro de la rueda, se salvaguarda esta enseñanza intemporal y se disparan las flechas hacia todo el contorno del círculo.
Al Agartha
Centro oculto,
centro de centros,
corazón de la montaña,
cúbrenos con tu manto estrellado,
protégenos dentro de tus linderos inviolables.
Al nombrarte, Agartha,
desaparecen todos los rostros,
las almas convocadas se saben instrumentos del Rey del Mundo,
y entonan un canto unánime.
Poderoso Legislador,
nos plegamos a tus designios.
Abandonando luchas y afanes,
nos adherimos a la Norma
e integrados en el plan divino
nos acercamos a la luz inmaterial
que se proyecta desde lo más interno de la ciudad subterránea.
Centro oculto,
centro de centros,
núcleo de inmortalidad,
aunque nos sabemos seres transitorios,
unos “tristes mierdas de origen divino” (2),
hacemos memoria día tras día
para mantener viva la llama que nunca se apaga,
salvaguardando el germen origen de cualquier eón
y la esencia indestructible no sujeta a los cambios.
Ignoramos el día y la hora del cierre de la función,
mas no desfallecemos en el empeño de encarnar el Ser
para soltarlo en un instante,
fugaz,
imprevisto,
por el que se cuele el rocío celeste
que haga resucitar de las viejas cenizas, un Mundo Nuevo.
Centro oculto,
centro de centros,
corazón de la montaña,
cúbrenos con tu manto estrellado,
protégenos dentro de tus linderos inviolables.
Al nombrarte, Agartha,
desaparecen todos los rostros,
las almas convocadas se saben instrumentos del Rey del Mundo,
y entonan un canto unánime.
Poderoso Legislador,
nos plegamos a tus designios.
Abandonando luchas y afanes,
nos adherimos a la Norma
e integrados en el plan divino
nos acercamos a la luz inmaterial
que se proyecta desde lo más interno de la ciudad subterránea.
Centro oculto,
centro de centros,
núcleo de inmortalidad,
aunque nos sabemos seres transitorios,
unos “tristes mierdas de origen divino” (2),
hacemos memoria día tras día
para mantener viva la llama que nunca se apaga,
salvaguardando el germen origen de cualquier eón
y la esencia indestructible no sujeta a los cambios.
Ignoramos el día y la hora del cierre de la función,
mas no desfallecemos en el empeño de encarnar el Ser
para soltarlo en un instante,
fugaz,
imprevisto,
por el que se cuele el rocío celeste
que haga resucitar de las viejas cenizas, un Mundo Nuevo.
1. Federico González, En el vientre de la ballena. Textos alquímicos.
2. La cita es de Federico González, Rapsodia.
2. La cita es de Federico González, Rapsodia.
Colección Aleteo de Mercurio 6.
Himnos del Agartha.
Textos del Ateneo del Agartha.
Ilustraciones de Ana Contreras.
Recientemente editado en abril del 2019 por Libros del Innombrable, Zaragoza.
Himnos del Agartha.
Textos del Ateneo del Agartha.
Ilustraciones de Ana Contreras.
Recientemente editado en abril del 2019 por Libros del Innombrable, Zaragoza.