Extrañas mujeres anónimas, cuyo nombre procede de la serpiente Pitón con la que Apolo se enfrentó en Delfos, y finalmente venció, instaurando sobre ese suelo su oráculo, que sin duda está afiliado a su fuente primigenia, el de la profetisa Gea, simbolizada por esa enorme serpiente, entidad telúrica que mora en el mundo subterráneo. La pitonisa encarna esa energía, y reúne en sí el poder de la diosa Madre, el de sus hijas Temis y Febe, y el del brillante Apolo, dios de la luz que fecunda las tinieblas y las ordena; de la luz que hace aparecer las imágenes y las formas, de la luz que al tocar los sentidos hace ver la gran ilusión caleidoscópica del mundo. La pitonisa deja pasar a través de sí el misterio de la cosmogonía y su vaticinio es un sendero para remontarse de nuevo al origen. Un camino de ida y vuelta, convulso, peligroso, paradójico, lleno de encrucijadas, senderos cada vez más estrechos, que concurren finalmente ante una puerta estrecha, la salida a lo supracósmico, al Misterio Absoluto.
Imagen:
Hendrick Goltzius, Apolo venciendo a Pitón. Grabado para la Metamorfosis de Ovidio.
Hendrick Goltzius, Apolo venciendo a Pitón. Grabado para la Metamorfosis de Ovidio.
Colección Aleteo de Mercurio 2.
Las Diosas se Revelan.
Mireia Valls,
con la colaboración de Lucrecia Herrera.
Ed. Libros del Innombrable, Zaragoza, Mayo, 2017.
Las Diosas se Revelan.
Mireia Valls,
con la colaboración de Lucrecia Herrera.
Ed. Libros del Innombrable, Zaragoza, Mayo, 2017.