domingo, 5 de junio de 2022

El lugar donde estaba el cielo

En el año y en el día de la oscuridad y tinieblas, antes que hubiese días, ni años,
estando el mundo en grande oscuridad, que todo era caos y confusión,
estaba la tierra cubierta de agua, sólo había limo y lama sobre la haz de la tierra.
En aquel tiempo, dicen los indios que aparecieron visiblemente un dios que tuvo por nombre “un ciervo”, y por sobrenombre, “culebra de león”; y una diosa muy linda y hermosa, cuyo nombre era “un ciervo” y por sobrenombre “culebra de tigre”.
Estos dos dioses dicen haber sido principio de los demás dioses que los indios tuvieron. Luego que aparecieron estos dos dioses en el mundo, y con figura humana,
cuentan las historias de esta gente, que en su omnipotencia y sabiduría
hicieron y fundaron una grande Peña [sacándola fuera del agua]
sobre la cual edificaron unos muy suntuosos palacios, hechos con grandísimo artificio, adonde fue su asiento y morada en la tierra. Encima de lo más alto de la casa y habitación de estos dioses estaba una hacha de cobre, el corte hacia arriba, sobre la cual estaba el cielo.


Esta peña y palacios de los dioses estaba en un cerro muy alto, junto al pueblo de Apoala que está en la provincia que llaman Mixteca Alta. Esta peña en lengua de la gente tenía por nombre “lugar donde estaba el cielo”. [Quisieron significar en esto, que era lugar de paraíso y gloria, donde había suma felicidad y abundancia de todo bien, sin haber falta de cosa alguna. Éste fue el primer lugar que los dioses tuvieron para su morada en la tierra, adonde estuvieron muchos siglos en lugar ameno y deleitable, estando en este tiempo el mundo en oscuridad y tinieblas...]

De un mito mixteco de la creación. En: Walter Krickeberg, Mitos y leyendas de los aztecas, incas, mayas y muiscas.

Colección Aleteo de Mercurio 3.
Entre el No Ser y el Ser. Antología para hamacados.
Selección de Marc García.
Fotografías de Lucrecia Herrera.
Ed. Libros del Innombrable, Zaragoza, 2017.



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