Para nosotros, las grandes llanuras abiertas, las hermosas
colinas onduladas y los ríos serpenteantes y de curso enmarañado,
no eran salvajes. Sólo para el hombre blanco era salvaje la naturaleza,
y sólo para él estaba la tierra infestada de animales salvajes y gentes bárbaras.
Para nosotros era dócil. La tierra era generosa
y estábamos rodeados de las bendiciones del Gran Misterio.
Para nosotros no fue salvaje hasta que llegó el hombre velludo del este
y con brutal frenesí amontonó injusticias sobre nosotros y las familias que amábamos. Cuando los mismos animales del bosque empezaron a huir de su proximidad,
entonces empezó para nosotros el Salvaje Oeste.
colinas onduladas y los ríos serpenteantes y de curso enmarañado,
no eran salvajes. Sólo para el hombre blanco era salvaje la naturaleza,
y sólo para él estaba la tierra infestada de animales salvajes y gentes bárbaras.
Para nosotros era dócil. La tierra era generosa
y estábamos rodeados de las bendiciones del Gran Misterio.
Para nosotros no fue salvaje hasta que llegó el hombre velludo del este
y con brutal frenesí amontonó injusticias sobre nosotros y las familias que amábamos. Cuando los mismos animales del bosque empezaron a huir de su proximidad,
entonces empezó para nosotros el Salvaje Oeste.
De Luther Oso Erecto, jefe sioux. Texto de la antología Madre Tierra, Padre Cielo,
compilada por J. E. Brown.
Colección Aleteo de Mercurio 3.
Entre el No Ser y el Ser. Antología para hamacados.
Selección de Marc García.
Fotografías de Lucrecia Herrera.
Ed. Libros del Innombrable, Zaragoza, 2017.
Entre el No Ser y el Ser. Antología para hamacados.
Selección de Marc García.
Fotografías de Lucrecia Herrera.
Ed. Libros del Innombrable, Zaragoza, 2017.
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