3. Luz o el Agartha en la tradición judía
Y he aquí otra de las sorprendentes revelaciones de este relato que sigue las pistas del centro sagrado subterráneo, Luz o Agartha, a lo largo del devenir cíclico. Tubalcaín le explica a Hiram que ante la inminencia de una gran inundación, invocó al espíritu del fuego el cual fundió las piedras y las rocas y excavó larguísimas galerías subterráneas en las que pudieron refugiarse él y todos los suyos. Estas rutas subterráneas desembocaban en la llanura de Guizeh, y a fin de preservarlas del diluvio, dice Tubalcaín que reunió a la raza de los gigantes y conjuntamente erigieron una inmensa pirámide que habría de perdurar hasta el fin del mundo; la sellaron completamente con betún y el mismo Tubalcaín tapió la pequeña puerta el último día del mundo viejo, quedando a cubierto todo lo que debía ser resguardado para ser sacado de nuevo a luz al remitir las aguas. Es muy significativo que este templo-pirámide sea levantado en otro lugar muy importante desde el punto de vista de la geografía sagrada, Egipto, cuna de la Tradición Hermética, lugar donde de nuevo se hace evidente la conexión cielo-tierra-inframundo y donde se cobijaron, según esta leyenda, los “hijos de la Luz” esperando que pasase el gran diluvio. Cabe señalar que en su relato, Tubalcaín explica que muchos de sus compañeros se iban quedando en distintas localizaciones de las muchas galerías que excavaron, lo que da idea de la gran extensión de ese mundo subterráneo protector y protegido.
Además, esa misma pirámide será posteriormente la tumba de Tubalcaín, y según otras fuentes, lo es de Hermes (1), o sea un “libro pétreo” en cuya estructura se fijaron de modo críptico todos los saberes antediluvianos emanados de la Tradición Unánime, tanto astronómicos, como aritméticos, geométricos, constructivos, en definitiva cosmogónicos y metafísicos de los que esta entidad espiritual eterna llamada Eblis, Hermes, Caín, Henoch, Tubalcaín e Hiram es depositaria y transmisora a través de los tiempos. Tras el diluvio, el linaje de Tubalcaín se perpetúa en su hijo Kous, padre de Nemrod, el cual funda Babilonia... pero aquí nos detendremos pues ya hemos destacado lo que nos interesaba: los rastros del Agartha en la tradición hebrea y el nombre con el que se lo identifica, Luz; la ascendencia divina de sus habitantes y su función de guardianes y transmisores de la tradición, así como una cuestión final, que se anota tanto en esta leyenda, como en las informaciones aportadas por Saint-Yves y en la leyenda que explicaremos a continuación: el hecho de que la transmisión de la influencia espiritual del representante del Centro del Mundo a su sucesor se produce en una cripta bajo tierra.
Del relato de Saint-Yves, que como sabemos bebe de fuentes hindúes, extraemos este fragmento:
Pero este alto Sacerdote me parece aún más grande cuando, despojado de sus insignias, entra solo en la cripta sagrada donde yace su predecesor y lejos de la pompa ceremonial, de todo adorno, de todo metal, de toda joya, se ofrece al Ángel de la Muerte en la más absoluta humildad.
¡Terrible y extraño Misterio teúrgico!
Allí, sobre la tumba del Brâhatma anterior, hay un catafalco cuyas franjas indican el número de siglos y de Pontífices que se han sucedido.
A este ara fúnebre, sobre el que reposan ciertos aparatos de la Magia sagrada, sube lentamente el Brâhatma con los rezos y gestos de su antiguo ritual.
(...) A medida que el Brâhatma prosigue sus oraciones mágicas, el alma que invoca actúa desde lo alto de los cielos a través de siete láminas, o mejor siete conductos metálicos, que partiendo del cadáver embalsamado, se reúnen ante el Pontífice de los Magos en dos tubos verticales.
Uno es de oro, el otro de plata, y corresponden, el primero al Sol, a Cristo y al Arcángel Mikael, y el segundo a la Luna, a Mahoma y al Ángel Gabriel.
A medida que prosigue la invocación misteriosa del Brâhatma, las Potencias van apareciendo ante sus ojos.
Siente y escucha al alma a la que llama, ésta es atraída espiritualmente por sus invocaciones...
Entonces, en la Lengua universal de la que he hablado, se establece un diálogo teúrgico entre el Soberano Pontífice evocador, y los Ángeles que traen hasta él, desde lo alto de los cielos, las respuestas que se dan a sus preguntas.
Los signos sagrados dibujan en el aire las letras absolutas del Verbo.
Mientras que se desarrollan estos Misterios, mientras se escucha la Música de las Esferas Celestes, un fenómeno sorprendente, aunque de tipo semifísico sucede en la tumba.
Del cuerpo embalsamado sube lentamente hacia el Brâhatma que está orando, una especie de lava perfumada, en la que se pueden ver numerosos filamentos y arborescencias extrañas, semi-fluídicas y semi-tangibles.
Es la señal que indica que, desde el lejano antro que habita, el alma del Pontífice anterior, lanza, a través de la jerarquía de los Cielos y de sus Potencias celestes, los rayos concentrados de todos sus recuerdos, sobre la cripta sagrada donde reposa su cuerpo. (...)
Así es en el Agartha, así fue en las pirámides de Egipto, en Creta, en Tracia y hasta en el Templo druídico de Isis en el propio París, donde ahora se eleva Notre Dame, el Misterio supremo del Culto a los Antepasados. (...)
Incluso entre los altos iniciados hay muy pocos que sepan lo que acabo de contar sobre el Misterio de la Cripta fúnebre... (2).
¡Terrible y extraño Misterio teúrgico!
Allí, sobre la tumba del Brâhatma anterior, hay un catafalco cuyas franjas indican el número de siglos y de Pontífices que se han sucedido.
A este ara fúnebre, sobre el que reposan ciertos aparatos de la Magia sagrada, sube lentamente el Brâhatma con los rezos y gestos de su antiguo ritual.
(...) A medida que el Brâhatma prosigue sus oraciones mágicas, el alma que invoca actúa desde lo alto de los cielos a través de siete láminas, o mejor siete conductos metálicos, que partiendo del cadáver embalsamado, se reúnen ante el Pontífice de los Magos en dos tubos verticales.
Uno es de oro, el otro de plata, y corresponden, el primero al Sol, a Cristo y al Arcángel Mikael, y el segundo a la Luna, a Mahoma y al Ángel Gabriel.
A medida que prosigue la invocación misteriosa del Brâhatma, las Potencias van apareciendo ante sus ojos.
Siente y escucha al alma a la que llama, ésta es atraída espiritualmente por sus invocaciones...
Entonces, en la Lengua universal de la que he hablado, se establece un diálogo teúrgico entre el Soberano Pontífice evocador, y los Ángeles que traen hasta él, desde lo alto de los cielos, las respuestas que se dan a sus preguntas.
Los signos sagrados dibujan en el aire las letras absolutas del Verbo.
Mientras que se desarrollan estos Misterios, mientras se escucha la Música de las Esferas Celestes, un fenómeno sorprendente, aunque de tipo semifísico sucede en la tumba.
Del cuerpo embalsamado sube lentamente hacia el Brâhatma que está orando, una especie de lava perfumada, en la que se pueden ver numerosos filamentos y arborescencias extrañas, semi-fluídicas y semi-tangibles.
Es la señal que indica que, desde el lejano antro que habita, el alma del Pontífice anterior, lanza, a través de la jerarquía de los Cielos y de sus Potencias celestes, los rayos concentrados de todos sus recuerdos, sobre la cripta sagrada donde reposa su cuerpo. (...)
Así es en el Agartha, así fue en las pirámides de Egipto, en Creta, en Tracia y hasta en el Templo druídico de Isis en el propio París, donde ahora se eleva Notre Dame, el Misterio supremo del Culto a los Antepasados. (...)
Incluso entre los altos iniciados hay muy pocos que sepan lo que acabo de contar sobre el Misterio de la Cripta fúnebre... (2).
Esta transmisión de la influencia espiritual es también la que ha recibido Hiram directamente de Tubalcaín en su periplo subterráneo, donde ha ligado con la cadena de unión que pende del primer ancestro, el hijo del Ángel de la Luz, Caín. Y esa misma semilla de inmortalidad que Hiram porta en su interior le da la fuerza para completar su misión, la construcción del templo que le ha encomendado Salomón, y también para perpetuar su linaje, pues en la leyenda se sigue contando que quien tiene trato con la reina de Saba es Hiram y no Salomón, y que de su unión nacerá un vástago que dará origen a la secta de los Sabeos, unos de los guardianes de los saberes del Agartha a partir de entonces, aunque adentrarnos en esta investigación nos alejaría del cometido de estas meditaciones.
(Continuará)
Notas:
1. Ver de René Guénon el artículo “La Tumba de Hermes” publicado en “Ante el Fin de los Tiempos. Estudios sobre ciclología”: https://ciclologia.com/guenontumbadehermes.htm
2. Saint-Yves d’Alveydre. La misión de la India en Europa. Luis Cárcamo editor, Madrid, 1988.
1. Ver de René Guénon el artículo “La Tumba de Hermes” publicado en “Ante el Fin de los Tiempos. Estudios sobre ciclología”: https://ciclologia.com/guenontumbadehermes.htm
2. Saint-Yves d’Alveydre. La misión de la India en Europa. Luis Cárcamo editor, Madrid, 1988.
Imagen:
1. William Blake. Henoch, 1806.
1. William Blake. Henoch, 1806.
Colección Aleteo de Mercurio 10.
La Cábala en el Corazón.
Ateneo del Agartha.
Ed. Libros del Innombrable, Zaragoza, 2025.
La Cábala en el Corazón.
Ateneo del Agartha.
Ed. Libros del Innombrable, Zaragoza, 2025.