¡Vamos, vamos, a despertarse, que ya suena el flautín y el tamboril! Hoy es san Jaime y siguiendo una tradición que tiene raíces ancestrales a todas luces, los seis varones y la dama, tras haber trazado el día anterior los linderos geográfico-sagrados de la población, se adentrarán en el templo y ofrecerán ante el altar todas las bonanzas y frutos maduros del verano. Mientras tanto, el diablo aguardará fuera esperando poder repartir leña a los que se congreguen en la plaza cuando los danzantes salgan de la iglesia y bailen bajo el sol de mediodía.
Los Cossiers de Algaida danzan dos veces al año, unos días después del solsticio de invierno, por san Honorato, y poco después del de verano, por san Jaime. En sus danzas la dama, personificación de la Fortuna, la Belleza y la Abundancia, se ubica en el centro y es rodeada por sus seis compañeros, quienes la protegen de los embates del diablo (éste siempre queda excluido del círculo mágico, girando en la periferia en sentido contrario a los Cossiers) a la par que ella les envía sus bendiciones. Sus gestos no son, empero, almibarados, sino regios y hasta se diría que guerreros, siendo sus armas pañuelos y ramos de albahaca (1).
Con este sencillo y alegre rito protector también se vivifica la gratitud por los frutos madurados por la luz y el calor del sol. Sus coreografías son geométricas como las de las danzas tradicionales de muchos pueblos del mundo. Se trazan círculos, espirales, triángulos y ejes verticales que repiten los movimientos de los astros, la gran coreografía cósmica que los seres humanos reproducen en miniatura.
Y, ¡ay!, al final del combate, en el último momento tras la escenificación de todas las luchas, conjunciones y tensiones, el diablo logra colarse dentro del círculo mágico para apropiarse de la dama; mas el simple roce con la virgen hace que caiga fulminado. Los seis Cossiers corren a ponerle el pie encima, en señal de victoria, y todo queda reabsorbido en el centro de esa rueda simbólica. En su origen.
Nota:
1. Se trata de un combate que se libra también en un plano invisible en el que las energías que simbolizan el pañuelo y la albahaca son muy poderosas.
1. Se trata de un combate que se libra también en un plano invisible en el que las energías que simbolizan el pañuelo y la albahaca son muy poderosas.
Imágenes:
1. Los Cossiers bailando en la plaza de la Iglesia, Algaida.
2. El dimoni de Algaida.
1. Los Cossiers bailando en la plaza de la Iglesia, Algaida.
2. El dimoni de Algaida.
Colección Aleteo de Mercurio 9.
Mallorca. Una mirada simbólica.
Mireia Valls y Marc García.
Ed. Libros del Innombrable, Zaragoza, 2022.
Mallorca. Una mirada simbólica.
Mireia Valls y Marc García.
Ed. Libros del Innombrable, Zaragoza, 2022.
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