2. A Sileno
Viejo sabio Paposileno,
patriarca de todos los sátiros,
eres hijo del guardián de las puertas
Hermes psicopompo.
Beodo y barrigudo, de gran corazón,
nadie como tú conoce los secretos
que guarda la sagrada Vid.
Mandatario de la crianza de Dioniso plutodotes,
de quien eres protector y leal compañero
y al que coronaste dios supremo
de la embriaguez iniciática.
A lomos de tu asno, ebrio, renqueante y solaz
asistes a las frenéticas procesiones del tíaso,
de rendición al éxtasis y al exceso
porque nunca nada fue suficiente.
Bajo el influjo de la noche y la luna,
corren las Ménades furiosas
despedazando animales y niños
jactándose embriagadas por el sagrado vino.
Itifálico equino de potencia sexual perturbadora,
de colosales guerras internas,
que atesoras singular sabiduría
y el don de la profecía,
tus visiones proféticas son alivio de todos.
Señor de los bosques, voraz e insaciable,
tosco y delicado, de semblante ridículo,
te asimilas a la nada en tu huida incesante
de lo que está determinado.
Mentor del alegre dios de la risa,
en tu suma ebriedad
y en ceremoniosa epifanía,
te asomas siempre al abismo
y renaces de nuevo a la clarividencia, la luz y la calma.
patriarca de todos los sátiros,
eres hijo del guardián de las puertas
Hermes psicopompo.
Beodo y barrigudo, de gran corazón,
nadie como tú conoce los secretos
que guarda la sagrada Vid.
Mandatario de la crianza de Dioniso plutodotes,
de quien eres protector y leal compañero
y al que coronaste dios supremo
de la embriaguez iniciática.
A lomos de tu asno, ebrio, renqueante y solaz
asistes a las frenéticas procesiones del tíaso,
de rendición al éxtasis y al exceso
porque nunca nada fue suficiente.
Bajo el influjo de la noche y la luna,
corren las Ménades furiosas
despedazando animales y niños
jactándose embriagadas por el sagrado vino.
Itifálico equino de potencia sexual perturbadora,
de colosales guerras internas,
que atesoras singular sabiduría
y el don de la profecía,
tus visiones proféticas son alivio de todos.
Señor de los bosques, voraz e insaciable,
tosco y delicado, de semblante ridículo,
te asimilas a la nada en tu huida incesante
de lo que está determinado.
Mentor del alegre dios de la risa,
en tu suma ebriedad
y en ceremoniosa epifanía,
te asomas siempre al abismo
y renaces de nuevo a la clarividencia, la luz y la calma.
Colección Aleteo de Mercurio 6.
Himnos del Agartha.
Textos del Ateneo del Agartha.
Ilustraciones de Ana Contreras.
Ed. Libros del Innombrable, Zaragoza, 2019.
Himnos del Agartha.
Textos del Ateneo del Agartha.
Ilustraciones de Ana Contreras.
Ed. Libros del Innombrable, Zaragoza, 2019.
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