martes, 7 de enero de 2020

La mujer malvada

En muchos cuentos populares aparece a menudo un personaje análogo al de la madrastra de Blancanieves: la mujer malvada. Puede ser reina, ogra, madrastra, suegra, bruja, o varias de estas cosas a la vez, pero en esencia se trata de una misma energía, o de un aspecto de ella. Hablamos de la cara oscura de la energía femenina, tan bien descrita en el comentario a la lámina número tres de los Arcanos Mayores contenido en el libro del Tarot de Federico González, donde se enuncian los aspectos invertidos de esta carta y por tanto de esta energía o corriente cósmica:

Falta de inteligencia y de gracia
Aparentar lo que no se es
Vulgaridad - Grosería - Caprichos
Coquetería - Cursilería
Dificultad de dar formas - Falta
de nobleza - Mal gusto
Inestabilidad - Exageración
Falsos brillos y éxitos
Impuntualidad – Improvisación
(1).




(...) Este personaje, invertido, es el que dificulta el camino del protagonista, el que le hace la vida imposible porque se deja cegar por sus pasiones. Tiene ciertos poderes mágicos u objetos de poder, que, sin embargo, no le otorgan el verdadero poder ya que, en vez de ponerlos al servicio de la Unidad y el Amor, los utiliza con fines particulares, separando y obstaculizando la unión, por lo que su alcance es corto. Es aquella corriente que tira para abajo, que es un impedimento en el camino de Conocimiento, que no quiere que el alma vuele libre. Es aquella mujer que quiere ocupar un lugar que ya no le corresponde, que no quiere dejar los privilegios, que es

arrastrada por unas energías compulsivas que la pierden por los recovecos del alma inferior, tan llena de deseos, obsesiones, emociones, fobias y anhelos que de no recibir el soplo del alma superior y del Espíritu conducen a un callejón sin salida. Diversos peligros y trampas acechan constantemente a la maga: lo más vil, empero, es traicionar el fin último de sus búsquedas y operaciones, que es el de la realización metafísica, sustituyéndolo por la satisfacción de pasiones o deseos demasiado humanos que además nunca llegan a saciarse. La posesión, en cualquiera de sus formas, es otro de los grandes escollos; el afán por ser dueño del otro, el pretender manejar los hilos de la vida propia o de los semejantes, el acaparar poder, saber, dinero, prestigio o fama; es decir, la ignorante ceguera de la individualidad prepotente y soberbia que se cree demasiado a sí misma e intenta suplantar al Yo único y supraindividual que no es propiedad de nadie (2).

(continuará).

Notas:
1. González, Federico, Tarot. mtm editores, Barcelona, 2008.
2. Mireia Valls, Las diosas se revelan, Colección Aleteo de Mercurio 2, Ed. Libros del Innombrable, Zaragoza, 2017.

Cuaderno Aleteo de Mercurio 5.
Cuentos Tradicionales, Símbolo e iniciación.
Textos de Margherita Mangini.
Ilustraciones de Ana Contreras.
Editado por Libros del Innombrable, noviembre, 2018.



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