martes, 5 de diciembre de 2023

El pesebre de Algaida

El sol, invencible, ha dejado de descender y triunfa sobre las tinieblas. Se ha detenido en este mismo instante y en el cielo se ha abierto una puerta que los antiguos llamaban la puerta de los dioses. Es el solsticio de invierno, un hito en el ciclo anual y en la conciencia de quienes conocen su profunda significación.

Las escenas fijas del pesebre parecen sumarse a este momento que siendo paradójicamente el más oscuro del año, es también el más luminoso. Una luz de otro orden es alumbrada en el interior de una cueva, en los corazones de cada hombre y cada mujer permeables a las influencias del Espíritu.

Así lo transmiten los dioramas de este Belén de la iglesia de Algaida, realizado con todo amor por un artesano que Navidad tras Navidad nos ha regalado, durante muchos años, un escenario único e irrepetible que invita a la contemplación. Sumémonos al rito y quieran los hados, o los cuerpos celestes, guiarnos a través de la brecha que se abre en la bóveda celeste. En el centro del portal que arropa al niño recién nacido se halla el eje invisible al que poder asirnos para ascender más allá del cénit. ¡Vamos, vamos a Belén, a la casa del pan de vida!




Imágenes:
1-2-3. Dioramas del pesebre de Algaida, diciembre de 2019.

Colección Aleteo de Mercurio 9.
Mallorca. Una mirada simbólica.
Mireia Valls y Marc García.
Ed. Libros del Innombrable, Zaragoza, 2022.



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