En los días previos a la llegada de los invasores teníamos payasos. No payasos como los ves ahora [...]. Nuestros payasos revestían cualquier cosa. Así como les apeteciera, se vestían. Y no salían sólo de vez en cuando para hacer el tonto y hacer reír, nuestros payasos estaban con nosotros todo el tiempo. Eran tan importantes para el pueblo como el jefe, el chamán, los bailarines o los poetas (1).
Se dice que estos payasos sagrados veían con los ojos de un niño y por ello detectaban lo falso a distancia. Se les llamaba “destructores de héroes” porque su papel era despertar del sueño. Con la llegada del hombre blanco, cambiaron su forma para ser “invisibles” y poder seguir actuando, pues éste no podía soportar ser el blanco de las risas, al punto de llegar a asesinarlos.
Koshare, Koyaala o Hano es el nombre del Payaso Sagrado Kashina de los Hopi (Arizona). Entre los Arapahoe (Grandes llanuras) es llamado Ha Hawkan, “idiota sagrado”, y entre los Oglala y los Dakota (Grandes llanuras), Heyoka, “loco”.
Imagen:
Pintura sobre huevo de avestruz de la autora.
Pintura sobre huevo de avestruz de la autora.
Nota:
1. Testimonio de una anciana extraído de Daughters of Copper Woman, Anne Cameron.
1. Testimonio de una anciana extraído de Daughters of Copper Woman, Anne Cameron.
Colección Aleteo de Mercurio 4.
En el Taller Hermético, Notas y bocetos alquímicos.
Ana Contreras.
Ed. Libros del Innombrable, Zaragoza, Febrero, 2018.
En el Taller Hermético, Notas y bocetos alquímicos.
Ana Contreras.
Ed. Libros del Innombrable, Zaragoza, Febrero, 2018.
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