martes, 20 de agosto de 2019

¿Quién es Venus?

Un último impulso apunta a la clave de bóveda, a la puerta estrecha que culmina los misterios del Amor, de los que nada más puede decirse salvo lo que Afrodita con su reaparición en el escenario de la cosmogonía vuelva a velar y revelar, a escribir con letras invisibles pero ardientes, atractivas, conformando un discurso indefinido e inagotable en sus múltiples manifestaciones.


¿Quién es éste que aparece ahora con la diosa siempre joven y lozana retozando por los bosques y los montes con su cortejo frenético? Es Dioniso, el privado de razón, el libertador, el que rompe las cadenas de los sentidos y atrae hacia sí a un séquito de mujeres poseídas por el furor mistérico. ¡Poderosa unión la de Venus y Baco en el alma del iniciado! Tiene la fuerza de la imantación, de jalar a sus adeptos hacia el misterio inefable gracias al franqueo de todos los límites. Las Ménades son arrancadas de su vida ordenada y al oír el son de los címbalos y las siringas abandonan su seguridad, su existencia circunscrita al rito cíclico de la vida y se lanzan durante las fiestas dionisíacas al desenfreno, al canto y la danza extenuante que desgarra los corsés de la mente, abriendo filones desde las profundidades del abismo hasta el punto más elevado del zenit. El grito, explosión de vida y de muerte, encamina el alma al altar del sacrificio. El delirio báquico no es una demencia patológica de la mente, sino un delirio intelectual que aúna la aniquilación total y el éxtasis de la liberación. Las poseídas por el dios son unas locas de amor por el conocimiento de lo que es más que humano. Han visto la máscara que porta el dios y desean fundirse con la nada vertiginosa de su otro lado inexistente. La vida de los dioses no se puede alcanzar rodando por la periferia de la rueda. Hay que atravesar murallas invisibles, círculos concéntricos guiados por Amor. Dejarse raptar por el furor dionisíaco y venusino.

El hijo de esta pareja inesperada es un ser deforme con un miembro viril siempre erecto, símbolo del eje del mundo que derrama sus semillas a toda la creación, deidad rústica de la fecundidad y los jardines, de la rueda de la vida en constante regeneración, Príapo. Con la llegada de la primavera esparce los gérmenes que la diosa, infatigable, se encargará de distribuir, religar y devolver a su origen increado.

Terminamos tal cual comenzamos, preguntándonos una vez más ¿quién es Venus?


Imágenes:
1. Abraham Janssens, Venus y Baco con Ceres.
2. Eustache Le Sueur, Venus duerme entre las nubes.

Cuaderno Aleteo de Mercurio 2.
Las Diosas se Revelan.
Mireia Valls con la colaboración de Lucrecia Herrera.
Editado por Libros del Innombrable, mayo, 2017.



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